De libros y emociones

No sé en qué momento ha ocurrido, pero estamos en abril, soñadores. El mes de los libros de los amantes de la literatura y, como no podía ser de otra manera, vamos a hablar precisamente de libros y de cómo nos hacen sentir.

Una de las cosas que, al menos a mí, me hace sentir la lectura es la ilusión. No solo por qué voy encontrarme en las páginas de un amigo de papel, sino por las cosas nuevas que descubro alrededor de la lectura de un libro. Este mes, sin ir más lejos, me he apuntado a mi primera lectura conjunta.

Es una iniciativa la comunidad literaria, Hueco Literario, creada por la novelista y coectora Silvia M. Díaz y la organiza la también escritora Cristina Romero. Descubrí la propuesta en Twitter y la verdad es que me encantó la idea. En el mes de abril vamos a leer La conjura de Aramat de Victoria Álvarez, editada en Nocturna. Aunque la autora salmantina es de mis predilectas, esta novela llevaba meses en mi pila de pendientes y creo que esta ocasión me ha venido que ni pinada para ponerme a ello.

La operativa de la lectura conjunta es muy sencilla: se divide el libro en semanas y se comenta los domingos en Discord. Hay una serie de plantillas para utilizar en redes sociales e ir marcando objetivos y, de ser posible, incluso podría haber un encuentro con la autora. Yo lo veo genial, ¿a qué es maravilloso?

Aunque la ilusión no es la única sensación que a los lectores nos producen los libros. No soy muy dada a llorar cuando leo, pero ha habido muchas lecturas que me han puesto muy tristes y me han encogido el corazón. Jamás olvidaré el fin de semana que pasé metida en mi cuarto leyendo La sombra del viento de Carlos Ruiz Zafón y las lágrimas que derramé. Fue una catarsis que siempre recordaré. 

Si hay llanto, también en los libros hay alegría y mucho humor. Una de mis sagas favoritas es la serie del detective anónimo de Eduardo Mendoza. El autor mezcla de manera magistral la literatura satírica con la crítica social y con las novela gótica. Es uno de los mejores escritores españoles de nuestro tiempo, me atrevería a decir.

También hay libros que nos aterran, nos producen sorpresa y nos enamoran. Y no hablo, o no en exclusiva, de la novela romántica en este último caso. Porque hay historias que te dejan con el corazón caliente y un sabor de boca delicioso. Tal es el caso de uno de los libros a los que me refiero siempre que hablo de ternura: El largo viaje a un pequeño planeta iracundo de Becky Chambers, una fantasía espacial que saca lo más bonito de los sintientes, como ella los llama.

Sé que podríamos enumerar muchas sentimientos más alrededor de los libros, pero creo que os he dado algunas pinceladas que pueden suponer futuras lecturas. Espero haber despertado vuestra curiosidad y que me comentéis si vais a leer o habéis leído alguno de los libros aquí mencionados. 

Os deseo un maravilloso mes y un estupendo Día del Libro el próximo 23 de abril.

¡Feliz lectura!