Ellas me inspiran

Abril es el mes de la lectura por excelencia. El 23 de este mes se celebra el Día de los Libros y es una muy buena ocasión para descubrir nuevas lecturas y ¿quién mejor para hacernos una recomendación que mis lectoras de cabecera?

Cada una de ellas, con una trayectoria diferente, un modo de entender los libros distinto y unos gustos diversos, nos hablará de un libro que haya sido importante en su vida y por qué. No lo dejéis pasar porque creo que es una buena oportunidad para descubrir nuevas e interesantes lecturas.

Empezamos con María Luisa Parra, redactora de prensa. Para ella, Nosotras que nos queremos tanto, de Marcela Serrano fue una lectura muy importante. Se hizo con esta obra con 18 años y gracias a este libro entendió que las personas, «y más concretamente las mujeres, son diversas, evolucionan a todos los niveles, profesional, afectivo y podían formar parte del cambio».

Esta obra se centra en cuatro amigas, que son como hermanas, que se reencuentran. Reconoce que no sabe qué sentiría si volviera a releer esta historia pero que en ese momento le causó una gran impresión y la hizo reflexionar.

Para Antonia Nogales, doctora en Periodismo, profesora contratada y doctora de la Universidad de Zaragoza, el libro elegido es La vieja sirena, de José Luis Sampedro. Para ella, esta obra le cambió la vida porque le hizo «conocer el significado de la palabra mujer, en toda su extensión y en todas sus modalidades».

Desde su perspectiva, la obra del también autor de La sonrisa etrusca, se trata de un canto apasionado a la vida. En él se aúna un relato fantástico lleno de lo magia de lo cotidiano con una recreación histórica de la que es imposible escapar y nos deja sin respiración. La docente asegura que la hizo «querer ser una sirena, pero con toda la crudeza del animal mítico y toda la belleza y erotismo de la máxima expresión femenina».

La escritora Irenea Morales (autora de Una visita inesperada y Relatos del Olvido, entre otras obras) apuesta por el primer libro con componente de terror que leyó y que le hizo enamorarse de el género. Se trata ni más ni menos que de Las brujas de Roald Dahl.

La también autora del relato Callijuelas, de la antología de terror De tenebris considera que esta obra, que para muchos ya es un clásico, le enseñó el poder de los finales agridulces.

Yo misma me la voy a apuntar porque Matilda me gustó bastante en su momento, ¡uno más para la lista de pendientes!

En cuanto a Ana G, Barea, periodista experta en información política, nos comenta que el libro que más la ha marcado ha sido Cordero de Christopher Moore, autor al que llegó por pura casualidad. A sus manos llegó Un trabajo muy sucio, «donde un tipo con una existencia bastante monótona termina sustituyendo a la muerte. Un trabajo sucio, pero que alguien debe hacer. Me reí mucho con su humor sarcástico y negro».

Quiso saber algo más del autor y descubrió que también había escrito Cordero, centrado en la historia de Jesucristo. Lo que más le llamó la atención y lo que hizo decantarse por leerlo fue saber que se planteaba como el evangelio contado por el mejor amigo de Jesus: el Colleja.

Dese su punto de vista, «este libro no tiene cabida en los archivos secretos de El Vaticano» y ella no es «especialmente creyente (agnóstica, mínimo)», pero está convencida de que que si Jesús lo leyera, se reiría y luego se pondría a ver La vida de Brian.

Reconoce también que muchas veces le ha dado pena acabar un libro pero nunca había llorado como con este.

Para Cristina Marzán, periodista y estudiante en prácticas de marketing, Nosotras, que lo quisimos todo, de Sonsoles Ónega, es la novela que más la ha marcado hasta la fecha.

Desde su punto de vista como madre, la novela de Ónega describe «con mucho arte el timo de la mujer trabajadora, la conciliación, la igualdad, etc».

Se ha reído muchísimo con este libro porque considera que las situaciones que se describen en el mismo las ha sentido en sus propias carnes. Como, «con las prisas, salir de casa en zapatillas».

En cuanto a Sandra Ordóñez, auxiliar administrativa, Las nieblas de Avalon de Marion Zimmer Bradley es uno de esos libros que la han marcado desde su juventud: «es el mito artúrico reinterpretado para darle una nueva profundidad al personaje de Morgana Le Fay, que lo aleja de la bruja malvada responsable de todos los males para convetirla en una mujer valiente, con virtudes y defectos, humana».

Según ella misma reconoce, esta novela fue la que la hizo enamorarse perdidamente de la fantasía épica y la llevó a internarse en el mundo del rol escrito, una de sus grandes aficiones. Según Ordóñez, esta obra lo tiene todo: «magia (que no lo es tanto), brujas (mujeres valientes incomprendidas), una narrativa absorbente y cuidada y drama. Mucho drama».

Para Paloma Vera, músico, el libro que más la ha marcado ha sido El nombre de la rosa, de Umberto Eco. «Probablemente influenciada por haberlo leído en la adolescencia y por haberme pasado la infancia enamorada de Sherlock Holmes, este libro me enganchó tanto que durante mis primeros veinte años de vida lo leí ocho veces», reconoce.

Para ella, es un libro muy completo, no solo la vertiginosa trama, sino también por «los conocimientos artísticos, históricos, lingüísticos y arquitectónicos que pueden absorberse de él; es el profundo análisis del alma humana, de la hipocresía de la fe y de cómo esta puede tergiversar las mentes de las masas».

Poco más que añadir.

En el caso de Elena López, diseñadora gráfica editorial y editora, ella se decanta por la novela de Leigh Berdugo Seis de cuervos.

Desde su punto de vista, es editora en Hela Ediciones, la autora ha conseguido que recuperare la fe ya perdida en la fantasía. La creadora del Grishaverse ha conseguido con su manera de narrar, la inclusión y los giros de sus historias, que López haya regresado a uno de sus grandes amores.

«Hasta el momento me han encantado todas sus historias», reconoce.

¿Qué os parecen estos libros, habéis leído alguno, cuáles os han marcado a vosotros?

No dudéis en comentar.

¡Feliz lectura!