Sinopsis: Inglaterra, 1905. Han pasado unos años desde los acontecimientos narrados en Tu nombre después de la lluvia y la vida ha sido generosa con el equipo del periódico Dreaming Spires. Nada parece poder perturbar su tranquilidad, pero a finales de mayo los tres amigos reciben la visita de la bella y misteriosa señorita Stirling, que luce sus mejores galas y acude a la ciudad con una tentadora oferta para ellos.
Alexander, Lionel y Oliver, acompañados por la excéntrica Veronica, acceden a acompañarla a una aldea cercana a Nueva Orleans para descubrir qué hay de cierto en la leyenda del Perséfone, un bergantín hundido misteriosamente en el río Mississippi en 1862. Nada queda del barco, y al principio la gente del pueblo parece poco dispuesta a recordar el pasado, pero al cabo de unos días sabremos mucho del trágico destino de sus marineros, y puede que incluso se revele algo de la verdadera historia de la señorita Stirling... (www.megustaleer.com)
Impresiones: si pensaba que Victoria Álvarez no podía superarse después de Tu nombre después de la lluvia, lo hace con esta nueva entrega de Dreaming Spires. Una novela apasionante, bien narrada, que te atrapa de principio a fin en una espiral de misterio y búsquedas de todo tipo.
Con el estilo detallista y evocador al que ya nos tiene acostumbrados la autora salmantina, nos vemos transportados en esta ocasión hasta Nueva Orleans, donde la hechicería y lo sobrenatural están a la orden del día. La trama potente, cargada de vueltas de tuerca y su ya característica forma de contar las historias nos lleva hasta un final con el que me emocioné.
Los personajes, sobre todo Lionel y la señorita Stirling, acaparan la trama de un modo que me ha hecho zambullirme todavía más en ella. Sin dejar de lado al magnífico Alexander, el dulce Oliver o la excéntrica Veronica.
Deseando hincarle al diente a El sabor de tus heridas me encuentro. De verdad. Aunque lo cierto es que me da pena que vaya a acabarse ya esta saga que tantas emociones diferentes me está proporcionando.
Citas: «Hasta que esa madrugada, al asomarme a la ventana de mi casa, comprendí que da lo mismo lo que un hombre haga para escapar de la oscuridad y la muerte; puede que no sean tan rápidas, pero sí mucho más pacientes, y siempre se cobran su presa.»
«Era amor, amor de verdad. Del que hace que la gente cometa locuras, el que puede salvar o condenar a las almas.»
Nota: 9,5. Magistral, maravilloso. Un destello de luz y una muestra más del enorme talento de esta autora.
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