lunes, 27 de junio de 2022

Me obligo

Obligarse. Hacer las cosas por compromiso y perderse uno mismo parece la tónica habitual en nuestra sociedad. No queremos defraudar a nuestros padres, a nuestra pareja, a nuestra familia e incluso a nuestros amigos y compañeros de trabajo.

El ser humano es un ser social. Lo venimos siendo desde que vivíamos en las cavernas. No es ningún secreto que el sentimiento de pertenencia y la camaradería son inherentes a las personas. No obstante, ha llegado un punto en el que o hacemos lo que se espera o parece que no somos válidos para la sociedad.


Ya no me refiero a aquello de lo que todo el mundo habla: trabajo, casa, boda e hijos. Hablo de las pequeñas cosas del día a día. Si eres de determinado lugar y no te gustan sus tradiciones eres raro o soso. Si la moda ese año dicta un color y a ti no te agrada, eres antiguo o poco atrevido.

Pese a las opciones que tenemos en la vida, realmente no existe elección como tal. O haces lo que se espera o no vales. Lo que no deja de parecerme curioso y me empuja a reflexionar. A obligarme. Pero no a hacer lo que otros quieran. Me obligo a ser yo misma, a dejar que sea mi verdad la que realmente importe. A luchar por lo que quiero yo y no por lo que quieren los demás.


¿Y a ti, te obligan, o te obligas?

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