Sinopsis: Tony Takitani es un joven que ha crecido aislado, entre las burlas de los compañeros y muy solo, pues su padre, trompetista de jazz, se ausenta a menudo para tocar en giras. Buen profesional, se dedica a ilustrar portadas para revistas de automóviles o anuncios. Hasta que de pronto conoce a una chica, empleada a tiempo parcial de una editorial, a la que le gustan especialmente los vestidos.
Maravillosamente ilustrado por Ignasi Font, este relato del célebre escritor japonés nos habla de la soledad y la falta de afecto en la sociedad actual. (https://www.planetadelibros.com/)
Impresiones: el relato de Haruki Murakami me ha gustado bastante más que su último libro que leí: Primera persona del singular.
Creo que el protagonista de esta historia, Tony Takitani, podríamos ser cualquiera de nosotros si se hubieran dado la circunstancias. Porque la soledad (que no tiene por qué ser mala) puede llegar a nuestras vidas cuando menos lo esperamos.
La trama es bastante sencilla. Realmente no debería ni llamarse así, porque lo que hace el autor japonés es contarnos la vida del protagonista de esta historia. La que no deja de ser interesante de leer.
Igual que el personaje que da nombre a esta historia. Tony es un hombre solitario hasta que ocurre algo en su vida que la trastoca por completo. Me gusta tanto aquello que llega de manera inesperada como lo que ocurre después y lo que desencadena en Takitani.
Sobre el estilo de Murakami, en su línea. Sensorial, ilusorio y irónico aunque con unas descripciones reales e incluso mundanas. Me ha gustado bastante.
Este relato sí que lo recomiendo, lo mismo que las geniales ilustraciones que lo acompañan del genial Ignasi Font.
Cita: «Lentamente, los recuerdos cambiaron de forma, como neblina agitada por el viento, y cada vez que cambiaban, palidecían un poco más. Ahora eran ya las sombras de las sombras.»
Nota: 7,5. Vuelve el Murakami que más me gusta con una historia cargada de simbolismo y unas imágenes que me han hecho recuperar la confianza.
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