La otra mecanógrafa (Suzanne Rindell)

Sinopsis: una obsesiva historia entre dos mujeres ambientada en el Nueva York de los años veinte. Con ingredientes de novela negra, La otra mecanógrafa gira en torno al tema de la suplantación de la personalidad y de las distintas versiones que se pueden elaborar de un mismo suceso. 

En 1922, la jornada laboral en la comisaría del distrito del Lower East Side, en Nueva York, transcurre al ritmo impuesto por una nueva ley que prohíbe la producción, venta y transporte de bebidas alcohólicas. 

El trabajo se va acumulando, pero Rose Baker no se queja: es mecanógrafa de profesión y su tarea consiste en escuchar y reproducir fielmente las palabras de los criminales que cada día desfilan por el edificio. Robos, sobornos y delitos de sangre son su pan de cada día, así que parece una mujer difícil de impresionar, pero todo cambia la mañana en que Odalie entra a formar parte del equipo: mientras Rose lleva el pelo castaño recogido en un discreto moño, Odalie se atreve a estrenar melena a la garçonne, a fumar y a frecuentar los mejores restaurantes, sin preocuparse demasiado por la cuenta. Su mirada fascina a hombres y mujeres, y Rose cae en sus redes, viviendo con ella los placeres ocultos que reserva la ciudad de Nueva York a quien sabe disfrutar de lo bueno. (https://www.kobo.com) 

Impresiones: aunque el principio estuve realmente enganchada a la novela de Suzanne Rindell fue como si, poco a poco, fuera perdiendo fuelle. Quizás se deba precisamente a Rose, la protagonista de la historia. No me creí demasiado sus actuaciones ni su forma de ser. Era como si no estuviera terminada. No sé se mi explico. 

En cuanto a la historia, creo que podría haber estado mucho mejor llevada. Me da la sensación que de tanto imaginar e intuir llega un momento que te cansas de rellenar los huecos mentalmente y necesitas más datos. No muchos, pero sí algunos. Entiendo que es la perspectiva sesgada de Rose, pero esto hace que el asunto quede como incompleto. 

En mi opinión, la ambientación y el juego psicológico al que Odalie somete a Rose son dos de las cosas que mejor se han tratado en la novela. La chica está totalmente fascinada con su nueva amiga y sería capaz de todo por ella. La obsesión está muy clara y muy bien escrita. Rose confía en su supuesta amiga por encima de todo y daría cualquier cosa por protegerla. 

Hablando de Rose, ella es la protagonista de la novela, pero no termina de gustarme, la veo un poco hueca. Como si le faltase algo. Probablemente sea a conciencia para que la hermosa Odalie brille mucho más. Sin embargo, en ocasiones es tan exagerado este contraste que resulta hasta cómico. El resto de personajes no se ha tratado demasiado, pero me gusta mucho el teniente. Creo que es el más coherente de toda la obra. 

Sobre el estilo, es correcto y sencillo. Aunque en ocasiones peca (justo por lo bien trabajada que está la ambientación) de ingenuo creo que es justo el estilo que estaba buscando la autora. Es justo este otro de los fuertes de la novela, cuyo mayor atractivo (insisto) es la ambientación. 

Cita favorita: «¿Cómo contar lo sucedido? Supongo que podría expresarlo de este modo: mi trabajo en la comisaría llegó a una encrucijada y de manera inesperada me encontré debatiéndome en mi fuero interno, atraída morbosamente por el oscuro abismo mortal con la incondicionalidad de un amante al igual que Mina se sintió atraída de un modo autodestructivo por su conde Drácula.» 

Nota: 6, entretenida. Aunque esperaba algo más.