En los momentos alegres tendemos a arrinconar otros que no lo fueron tanto. Olvidar aquello que nos hizo daño es un sentimiento muy humano. Mirar siempre adelante es un mantra que parece que hay que grabarse en el cerebro desde la más tierna infancia. Sin embargo, este camino no sirve de nada si no eres capaz de aprender de los pasos que has dado.
Si simplemente pones un pie delante de otro nunca escarmentarás de lo que te ha ocurrido. No te avergüences de necesitar un tiempo de reajuste. Reflexionar sobre nuestras vivencias, aprender de ellas y emprender el vuelo con más sabiduría es la clave.
No es sencillo. Nadie dijo que lo que merece la pena lo sea. Sin embargo, es un modo de sobrevivir. De no caer en la desesperanza. Inténtalo. Trata de conseguirlo con todas tus fuerzas.
Que lindo lo que escribiste, a veces tenemos que tomarnos momentos para reflexionar sobre las cosas que hemos vivido para tomar fuerza y seguir adelante.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Hola me gusto lo que escribiste y muy reflexivo gracias por compartirlo. Saludos.
ResponderEliminarGracias, Estephania y Cecy. Sí, a veces es necesario reflexionar y coger fuerza.
ResponderEliminar¡Un saludo y gracias por comentar!