sábado, 27 de julio de 2019

«Todo saldrá bien»

Apretó las manos sobre las rodillas. No podía entender cómo había ocurrido aquello. Las decisiones de otras personas la habían dejado nuevamente sin nada. Sentía que los nudillos iban a reventarle de tan blancos que se habían vuelto. La garganta le raspaba, las lágrimas se filtraban más allá de su cuello. Aquel sofá en medio del salón parecía perdido en medio de la nada y ella, una solitaria presa de sus desdichas. 

La puerta principal se abrió con su característico sonido metálico y sus ojos se separaron por fin de sus manos convertidas en puños. Una sonrisa, aquella voz que siempre la traía de vuelta a la cordura y unos dedos entrelazados. «Todo saldrá bien». Cuando sus brazos la envolvieron en un gesto cálido y amable supo que él estaba en lo cierto. Que las cosas se arreglarían. Que solo debía volver a tener paciencia. 

Todos vivimos malos momentos, pero siempre tenemos a personas que nos recuerdan que no estamos solos. A todos los que me habéis apoyado en esta situación solo puedo agradeceros vuestro cariño. 

Gracias. Mil gracias. 

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