La depresión es obsesionarse con el pasado y la ansiedad temer al futuro. Muchos lo han definido así a lo largo de los años. Pensar en lo que ocurrió o en lo que está por venir de manera reiterativa. Dejando de lado los intensos que sean nuestros pensamientos, es muy difícil dejar atrás el pasado o no reflexionar acerca del futuro. Todos lo hacemos en mayor o en menor medida. Es algo humano de lo que no es tan sencillo escapar.
Yo, sin ir más lejos, el otro día recordé a una chica a la que consideré amiga durante mucho tiempo. Van a hacer cuatro años desde que dejamos de hablarnos porque ella así lo decidió. Pese a que, esa relación iba a acabar cortándose tarde o temprano, no pude evitar pensar en los buenos momentos y asentir. Lo hice desde la serenidad y el temple. Porque, a pesar de todo, ha quedado atrás. Forma parte de mi pasado. Es parte de mí pero no me define.
Yo, sin ir más lejos, el otro día recordé a una chica a la que consideré amiga durante mucho tiempo. Van a hacer cuatro años desde que dejamos de hablarnos porque ella así lo decidió. Pese a que, esa relación iba a acabar cortándose tarde o temprano, no pude evitar pensar en los buenos momentos y asentir. Lo hice desde la serenidad y el temple. Porque, a pesar de todo, ha quedado atrás. Forma parte de mi pasado. Es parte de mí pero no me define.
Lo que nos deparará la vida es incierto. No tengo ninguna duda. El mundo camina rápido, sin descanso, la sociedad avanza y es complicado tomárselo con calma. Sin embargo, siempre con la cabeza en su sitio, es necesario poner un punto de positivismo a nuestro día día. Dejarnos cuidar y asesorar por quien más nos quiere y por profesionales cualificados, y caminar con paso recto e intentando ser lo más felices que podamos.
Debemos empezar a dejar de culparnos porque las cosas no salgan como se espera de nosotros, tenemos que saber que es nuestro el derecho a estar tristes, decepcionados o llenos de ira. Tenemos esa oportunidad. Pero también tenemos la de demostrarnos a nosotros mismos que podemos ser nuestra mejor versión. La más sana y la más feliz.
Que nada ni nadie nos lo arrebate. Porque nuestro pasado forma parte de nuestra sangre y nuestro futuro nos pertenece. Eligir lo que hacemos con todo ello depende de nosotros. No dejemos que nos hagan creer (ni por un instante) que nuestros errores nos definen y que no tenemos derecho a darnos otra oportunidad. Nos la merecemos. Tú te la mereces.
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