Sinopsis: Maia tiene 16 años, toda una vida por delante y unas cuantas asignaturas suspensas. Pero mantener el equilibrio entre ser adolescente y ser Dharani, la heroína de la ciudad, es complicado.
Además, los problemas no dejan de acumularse a su alrededor. Luria está en peligro desde que una mujer transforma las pesadillas de sus habitantes en realidad y un héroe del pasado regresa para advertirle: la historia se ha repetido, Orikel ha fallado y depende de ella escribir el capítulo final de un ciclo que comenzó con Iwarthe y Enara.
Donde hubo fuego, ahora solo quedan cenizas.
Los héroes lloran, sangran… y arden. (https://helaediciones.com)
Impresiones: la segunda parte de la bilogía de Isabel Collazo González supone un muy digno final para la saga.
En esta segunda parte, las piezas encajan y volvemos a sufrir con los protagonistas tan interesantes que crea la autora asturiana. Con una trama lo bastante atrayente como para tenerte enganchada pero lo suficientemente comprensible para seguirla bien, conocemos a Dharani, la heroína de Luria y una chica con sus preocupaciones y problemas.
Si bien (esto es más bien por gusto personal que por otra cosa) Orikel como protagonista me gustaba más, Dharani es una muy digna sucesora. Y no solo ella es un personaje carismática. El resto de personajes de la novela conforman un elenco de lujo: Marco Iwarthe, Enara… todos tienen algo especial.
Si a eso le sumamos la pluma fluida de Collazo y su capacidad para crear escenas trepidantes y que te dejan sin respiración, nos encontramos con una lectura que es muy difícil de soltar.
De ponerle una pega, diría que la elección de algunos nombres de personajes secundarios me han chirriado un poco. No veo a una adolescente de Luria llamándose como el famoso barrio sevillano.
Además, los problemas no dejan de acumularse a su alrededor. Luria está en peligro desde que una mujer transforma las pesadillas de sus habitantes en realidad y un héroe del pasado regresa para advertirle: la historia se ha repetido, Orikel ha fallado y depende de ella escribir el capítulo final de un ciclo que comenzó con Iwarthe y Enara.
Donde hubo fuego, ahora solo quedan cenizas.
Los héroes lloran, sangran… y arden. (https://helaediciones.com)
Impresiones: la segunda parte de la bilogía de Isabel Collazo González supone un muy digno final para la saga.
En esta segunda parte, las piezas encajan y volvemos a sufrir con los protagonistas tan interesantes que crea la autora asturiana. Con una trama lo bastante atrayente como para tenerte enganchada pero lo suficientemente comprensible para seguirla bien, conocemos a Dharani, la heroína de Luria y una chica con sus preocupaciones y problemas.
Si bien (esto es más bien por gusto personal que por otra cosa) Orikel como protagonista me gustaba más, Dharani es una muy digna sucesora. Y no solo ella es un personaje carismática. El resto de personajes de la novela conforman un elenco de lujo: Marco Iwarthe, Enara… todos tienen algo especial.
Si a eso le sumamos la pluma fluida de Collazo y su capacidad para crear escenas trepidantes y que te dejan sin respiración, nos encontramos con una lectura que es muy difícil de soltar.
De ponerle una pega, diría que la elección de algunos nombres de personajes secundarios me han chirriado un poco. No veo a una adolescente de Luria llamándose como el famoso barrio sevillano.
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