Sinopsis: Nigeria, 2066. Una muchedumbre desesperada converge en torno a una misteriosa bóveda alienígena. Así ha surgido Rosalera, la ciudad que rodea la bóveda a la que todos acuden por sus supuestos poderes de sanación. La llegada de los alienígenas también ha dado lugar a la xenosfera, un espacio telepático al que solo puede acceder un grupo muy reducido de humanos, los sensibles. Uno de ellos es Kaaro, cuyo trabajo de día es crear el cortafuegos para que otros sensibles no puedan acceder a los datos de los bancos. Pero Kaaro, que tiene un pasado criminal, además es agente del gobierno y ahora debe averiguar qué es lo que está matando a los demás sensibles. (www.alianzaeditorial.es)
Impresiones: una novela original, diferente y que sorprende a cada página. Y no solo se debe a su peculiar estilo basado en saltos temporales, sino por la propia trama en sí, que te deja con la mandíbula desencajada.
Con un personaje principal bien ideado, creo que Kaaro es uno de los personajes más humanos que he leído en mucho tiempo, nos enfrentamos a un futuro que, salvado las distancias, no es tan diferente de nuestro presente.
Una ciencia ficción especulativa y real que te hace reflexionar. Tanto de los sentimientos humanos como de las posibilidades que ofrece el futuro. Tan perturbador como evocador. Una delicia para lectores que busquen algo diferente a lo habitual.
A pesar de todo lo bueno que tiene esta novela, a ratos, me he sentido un poco perdida debido a los saltos temporales. Aunque tiene toda la pinta que es justo lo que buscaba el escritor al haber confeccionado su obra de esta manera.
El final te deja pensando y eso es algo genial en una novela de este estilo. Una de las revelaciones del año 2019.
Nota: 8,5. una novela de ciencia ficción que sale de los tópicos y explica cosas diferentes, todo ello con un estilo peculiar y muy evocador.
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