Sinopsis: cuando seis meses después de graduarse como Eslabón Katerina acude a Sector Omega en una misión de reconocimiento, no esperaba que su vida se fuera a tambalear por completo. Lo que creía cierto se desdibuja en una mentira frente a sus ojos y la arrastra, junto a su relación con Alec, a una vorágine de incertidumbre constante. Su trabajo como agente de seguridad peligra desde el momento en el que decide esconder a un fugitivo y la poca estabilidad que había encontrado en su nueva vida se desmorona a pasos agigantados.
Mientras finge que todo va bien, los misteriosos encargos alrededor de la figura de los Corvette los llevan a tantos callejones sin salida que es inevitable sospechar de la existencia de un plan mayor detrás del sistema de sectores. Es entonces cuando Katerina se reencuentra con una de sus peores pesadillas, que la obligará a llegar hasta el límite para proteger a sus seres queridos.
Mientras finge que todo va bien, los misteriosos encargos alrededor de la figura de los Corvette los llevan a tantos callejones sin salida que es inevitable sospechar de la existencia de un plan mayor detrás del sistema de sectores. Es entonces cuando Katerina se reencuentra con una de sus peores pesadillas, que la obligará a llegar hasta el límite para proteger a sus seres queridos.
Entrar de nuevo en el sistema esclavista no estaba entre sus planes, pero ¿hasta dónde estarías dispuesta a llegar para no volver a soportar el yugo de las cadenas? (https://helaediciones.com)
Impresiones: Lucía G. Sobrado ha sabido cerrar su bilogía distópica con muy buen hacer y una magnífica cohesión. La autora andaluza da respuestas a muchas de las incógnitas que se plantearon en el primer volumen y los personajes, todos muy bien ideados, adquieren más matices y coherencia. Sobre todo la maravillosa protagonista que es Katerina.
La también autora de Somos píxeles repite la fórmula con la que me conquistó en Eslabón: un estilo sencillo pero fluido y con mucha energía. La pluma de Lucía, como ya sabéis si habéis tenido la oportunidad de leer, es continúa y directa, lo que le da a la obra un ritmo intenso que no te permite dejar de leer hasta el final.
Lo que se une a lo que caracteriza tan bien a la autora malagueña: escenas cargadas de acción, plot twist que te dejan con la boca abierta y cliffhangers que enganchan sin remisión. En general, salvo algún que otro detalle, me ha parecido muy interesante. Me ha gustado ver cómo evolucionan los personajes y como han pasado del principio al final de la historia siendo muy diferentes.
Y sobre ellos, precisamente, quería comentaros que me ha gustado mucho verlos crecer y madurar: Katarina, May, Alec… todos ellos han evolucionado, lo mismo que obra. Aunque si tengo que elegir a uno solo de ellos, sigo siendo del Team Alec.
Deseando leer más de esta autora tan prometedora a la que podéis conocer un poco mejor en la entrevista que apareció en este mismo blog hace unos días.
La también autora de Somos píxeles repite la fórmula con la que me conquistó en Eslabón: un estilo sencillo pero fluido y con mucha energía. La pluma de Lucía, como ya sabéis si habéis tenido la oportunidad de leer, es continúa y directa, lo que le da a la obra un ritmo intenso que no te permite dejar de leer hasta el final.
Lo que se une a lo que caracteriza tan bien a la autora malagueña: escenas cargadas de acción, plot twist que te dejan con la boca abierta y cliffhangers que enganchan sin remisión. En general, salvo algún que otro detalle, me ha parecido muy interesante. Me ha gustado ver cómo evolucionan los personajes y como han pasado del principio al final de la historia siendo muy diferentes.
Y sobre ellos, precisamente, quería comentaros que me ha gustado mucho verlos crecer y madurar: Katarina, May, Alec… todos ellos han evolucionado, lo mismo que obra. Aunque si tengo que elegir a uno solo de ellos, sigo siendo del Team Alec.
Deseando leer más de esta autora tan prometedora a la que podéis conocer un poco mejor en la entrevista que apareció en este mismo blog hace unos días.
Cita: «Ya, son fantasmas, nos queda claro, pero todos los fantasmas tienen un cadáver.»
Nota: 7,5. Un genial desenlace para una bilogía muy recomendable.
Nota: 7,5. Un genial desenlace para una bilogía muy recomendable.
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