miércoles, 27 de diciembre de 2023

Reflexiones de fin de año

No quisiera yo ser de esas personas que lo único que hacen es quejarse del año que está apunto de terminar. No quisiera yo despedirme de 2023 con un nudo de preocupaciones y sentimientos hechos añicos en el estómago. No quisiera yo que este año quedará marcado por los pesares. No quisiera yo que el optimismo haya pasado a mejor vida. No quisiera yo sentirme sola, frustrada y desmotivada.


No quisiera ser yo esa persona y, sin embargo, lo soy.

Lo soy por varias razones.

Porque no todos los años son buenos, ni nos despedimos de ellos de la misma forma. Porque muchas veces no somos capaces de conformarnos con los que nos da la vida. Porque no siempre la máscara de felicidad que nos hemos puesto para engañar al resto funciona con nosotros mismos. Porque no evitamos compararnos, salir mal parados y no saber qué hacer para evitarlo.

Siento que no puedo más.

Siento que nunca llegaré dónde quiero. Aunque ni siquiera sepa cuál es ese destino. Siento que no soy suficiente, nunca. Siento que mi deber es superarme, ser mejor, no decaer. Siento que me ahogo con el propio latido de mi corazón. Que me lleva la marea a playas desconocidas, a los lugares donde viven mis peores pesadillas.

Aunque también siento que todo tiene un fin y que, quizás, está época oscura se esté acercando a su desenlace. Y muchos de ellos acaban con un nuevo comienzo y, quizás, este sea tan luminoso como el sol. Uno cuyos rayos arrancan por fin las desdichas de mi alma.

Este texto es para vosotros, para los que no estáis en vuestro mejor momento.
No estáis solos, no lo estaréis nunca.

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