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Mis queridos soñadores.

Me temo que, al menos de momento, mi andadura como bloguera en La Biblioteca de Selene llega a su fin. He tratado por todos los medios de dilatar la decisión pero ya es imposible seguir estirando esta resolución. Mi idea para este año era seguir actualizando. Sin embargo, ya no me veo capaz de cumplir este propósito.

De vuelta 2024

¡Muy feliz inicio de año, mis queridos soñadores!

Ya me tenéis de nuevo de vuelta por aquí. Espero que hayáis tenido unas maravillosas Navidades. Las mías no han estado nada mal: he pasado tiempo en familia, he visto a mis amigas y he tenido para tiempo para descansar y desconectar, que era lo que más necesitaba.

Tampoco han faltado las comidas ricas ni los regalos. Entre los que ha habido, como no podía ser de otra manera, libros. Las corrientes oceánicas y Escribir es de locos de Félix J Palma han sido dos de ellos. Pero también me he encontrado con Todo esto te daré de Dolores Redondo, Yo desobedezco o cuento de Ámsterdam de Carolina Corvillo y Las tinieblas y el alba y La armadura de Luz de Ken Follett.

Me ha dado lugar incluso empezar la novela con la que Dolores Redondo ganó el Premio Planeta en 2016. Será el segundo libro que me lea este año, porque el día 5 de enero terminé Alter Cantabria I de GG Presa, tres novelas cortas y un pequeño relato que me han gustado mucho.

Reflexiones de fin de año

No quisiera yo ser de esas personas que lo único que hacen es quejarse del año que está apunto de terminar. No quisiera yo despedirme de 2023 con un nudo de preocupaciones y sentimientos hechos añicos en el estómago. No quisiera yo que este año quedará marcado por los pesares. No quisiera yo que el optimismo haya pasado a mejor vida. No quisiera yo sentirme sola, frustrada y desmotivada.

No quisiera ser yo esa persona y, sin embargo, lo soy.

Lo soy por varias razones.

¿Qué ocurre?

Mis queridos soñadores.

Lo primero que debo hacer es pediros perdón. Este mes he tenido muchas cosas que hacer y me ha sido imposible actualizar el blog. Entre visitas familiares y que me he apuntado a clases de inglés con mi marido, no me está quedando apenas tiempo libre. Si a eso le sumamos que no me encuentro muy bien anímicamente, todo se me hace un mundo.

No os voy a engañar, más de una vez he pesando en cerrar La Biblioteca de Selene pero, para mí, este pequeño rincón literario sigue siendo muy querido y no termino de creer que abandonarlo sea lo correcto. Así que, al menos de momento, seguiré por aquí tratando de actualizar todas las semanas e intentando darle un poco de caña a las redes sociales. Mi creatividad no se encuentra en su mejor momento pero es algo que tengo pendiente desde hace mucho.

Os podría prometer que lo conseguiré, pero prefiero no hacerlo, aunque mi intención es esa. Intención que no propósito, como bien dijo en una de sus entradas más interesantes Laura, de Mi Vida Slow en su blog. 

Muchas gracias por leerme, siempre. Espero que tengáis unas muy felices navidades y un maravilloso año nuevo. Nos veremos por aquí cuando vuelva de mis vacaciones. Aunque el día 27, como siempre, habrá un nuevo relato disponible. La primera entrada de 2024 será el día 11 de enero.

¡Feliz lectura!

Destino

En ocasiones las palabras, aunque se las lleve el viento, son capaces de herir como espadas, acariciar como plumas o todas las variantes que existen entre ambas opciones. También nos hacen reflexionar, sobre su propia forma o lo qué significan. En nuestra vida o para todas las personas, para toda la sociedad.

Hablemos por ejemplo de la palabra «destino». Puede ser el lugar final al que llevas en un viaje, el ‘destination’ inglés o puede ser el sino, ‘destiny’. En mi caso concreto, me gustaría reflexionar sobre este último término. Tiene una sonoridad muy bonita, al menos a mis oídos, pero me gustaría ir un poco más, si os parece bien.